martes, 12 de enero de 2010

Articulo:

Agenda de Facilitación del Comercio: Más allá del tecnicismo internacional, oportunidades para la promoción del comercio.

Los comentarios emitidos en este reporte no necesariamente forman parte de la posición institucional de VenAmCham.
En virtud de la proliferación de los tratados de libre comercio en América Latina en los últimos años, cabe preguntarse si la desgravación arancelaria implícita en este tipo de acuerdos es mecanismo suficiente para promover e incentivar el comercio exterior de un país.

Contrariamente a la concepción tradicional, la experiencia confirma que el flujo de intercambio comercial de un país no depende exclusivamente del nivel arancelario de los bienes, y he allí la razón por la cual en la última década, en dichos tratados se comenzaron a incorporar materias de tal importancia, que llegan a abarcar incluso la protección a la inversión.
Asimismo, cabe destacar que existen una serie de aspectos conexos que influyen en el comportamiento del comercio exterior de un país, cuyo tratamiento debe ocupar un lugar central en el diseño de la política comercial de un país, pues si bien se puede establecer un arancel cero a un producto, esta medida carecerá de efectos netos si existe la necesidad de vencer obstáculos paralelos que incrementan los costos de transacción y encarecen dicho bien.
Por tal motivo, la interdependencia que caracteriza el comercio mundial impulsó la incorporación de estos temas dentro de la agenda internacional con el nombre de "Facilitación del comercio". Aunque muchas de las definiciones están limitadas sólo al tema aduanero, existen otras más amplias que abarcan "la simplificación y adecuación de los procedimientos, el manejo de la información requerida para el comercio de bienes, y los mecanismos de pago del comercio", así como la mejora de la infraestructura física de puertos, aduanas y vías de comunicación en general, entre otros.
Por su parte, algunos de estos elementos han sido considerados como barreras no arancelarias al comercio, y se conocen también con el nombre de obstáculos para arancelarios, cuya discusión cobró auge a partir de los años setenta, al incorporarse como parte de la discusión en las distintas Rondas del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT). Actualmente, el tema de la facilitación del comercio es abordado como un tema aparte de las barreras no arancelarias (medidas sanitarias, fitosanitarias, etc.) en las negociaciones de la Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio, lanzada en el año 2001.
En el caso de Venezuela se conjugan una serie de elementos que plantean avances y retrocesos. Mientras se reconoce los logros de la implementación del Sistema Aduanero Automatizado (SIDUNEA), al afirmar su contribución en la reducción en el número de pasos de aduana, así como de los trámites y tiempo de almacenamiento, con la consiguiente disminución de los costos para el Estado; se debe señalar que tal automatización no es suficiente, toda vez que la existencia de dificultades como el retraso en la entrega de la mercancía, la disponibilidad de divisas denunciada en algunas ocasiones, la corrupción en los puertos y aduanas, las inspecciones intrusivas en las mercancías y la falta de una infraestructura de vías de comunicación terrestre deficientes, no favorecen el desarrollo fluido de las relaciones con sus socios comerciales.
Siguiendo en este orden de ideas, una encuesta utilizada sobre el comercio agroalimentario entre Venezuela y Colombia, arrojó que las cinco principales trabas para este rubro eran la inestabilidad macroeconómica, la utilización indebida de las salvaguardias, el desacato a las decisiones de la comunidad andina para hacer respetar las normas que rigen la zona de libre comercio; la falta de armonización de las normas y procedimientos aduaneros; y, el retardo de permisos fitosanitarios y otras trabas administrativas para importar o exportar.
En tal sentido, recientemente la intendencia del SENIAT anunció que la recaudación aduanera cerró en 1.4 billones de bolívares a finales del mes de octubre, (es decir un 67% por encima de sus estimaciones), lo cual puede servir como ejemplo de los potenciales resultados que conlleva una mejora de los procesos administrativos. No obstante, dado el alcance de la aduana y los trámites realizados dentro de ella como medio para mejorar la competitividad del país y atraer la inversión extranjera, se debería enfatizar en medidas que conlleven la agilización de la actividad comercial del sector exportador del país.
Por último, para el sector empresarial de América Latina en general y Venezuela en particular, este tema no es simplemente un capítulo más del argot técnico utilizado por los organismos internacionales. Por el contrario, es un tópico de gran relevancia para su actividad diaria, pues una mayor eficiencia y eficacia en su implementación puede conllevar efectos positivos, que se traducirán en una mayor competitividad de sus exportaciones, potenciando las enormes ventajas que posee y permitiéndole incursionar efectivamente en los mercados internacionales, tal como quedó expresado en la siguiente frase de la declaración de organizaciones empresariales de las Américas: Un llamado al avance en la facilitación del comercio:
"Un compromiso renovado con la facilitación del comercio podría permitir a Latinoamérica y el Caribe a potenciar una ventaja clave que la región tiene: su proximidad a Estados Unidos, Canadá y Europa y la mayor velocidad para llegar al mercado que eso puede proporcionar”.
Karen Bocanegra
Unidad de Análisis e Información

Fuente: http://www.venamcham.org/analisis/unid_week_nov09.htm

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